viernes, 23 de noviembre de 2018

EL ZORRITO Y EL LOBO (2)

—¿Y tú cómo amaneciste, zorro?
—¿Qué andas buscando por aquí?
—Aquí estoy descansando a la sombra de este arbolito.
—Ahora veo, pues, que mi mamá no tenía por qué decirme mal de usted.
Le pregunta:
—¿Qué te dijo? ¿Habló de mí?
—Que no me acercara junto al lobo, que era muy malo y me devoraría.
— A tu mamá ni la conozco, ni me conoce, ¿por qué habla así de mí? No creas: yo soy bueno con ustedes los jóvenes como tú.
Voy a demostrarte cómo soy bueno; ven conmigo y te enseñaré qué vamos a hacer; vamos a cazar. Lo mejor es que tú, por ser más listo, caces a los moscos.
Dijo que sí. Luego cargó la escopeta y se fueron. Apenas habría andado legua y media, cuando se encontraron con un perrito, que tan pronto como vio al lobo se escondió entre la hierba, y el perrito le dijo al oído al zorrito:
— Si no te pones listo, estás perdido.
—No hay cuidado; ya quedamos en ir a cazar moscos, y si yo cazo uno, lo morderé, y si no, él me morderá.
— Ya está visto que te engañó; caces o no, él te morderá el pescuezo.
El perrito se fue y los dejó.
A poco caminar llegaron a una llanura y el zorro le dijo al lobo:
—¿No quieres que disparemos con nuestra escopeta para probarla?

Dijo el lobo:
—Está bien; dispara sobre lo que quieras.
—¿No quisieras ponerte de blanco para que yo pruebe a ver si tengo buena puntería?
—Dispara sobre lo que quieras menos sobre mí. ¿No ves que soy de color pardo y que debes disparar sobre algo blanco?
—¿Ya has visto a ese mosquito que está picando a ese buey en un anca?
—Ya lo vi —contestó el lobo, si bien no lo veía. Apúntale con la escopeta y tírale.
Cargó la escopeta el zorro e hizo fuego. Luego gritó el zorro diciendo:

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