La argumentación como
método de convencimiento se puede utilizar en el uso del habla cotidiano, desde
una entrevista de trabajo a inclusive una mesa o foro de discusión masivo. Dando
por entendido que se puede convencer o persuadir a una persona en particular o
una audiencia mayor.
Para argumentar se usa una práctica a manera discursiva
para transmitir un pensamiento o idea para que el receptor de esta manera
adhiera a su propio pensamiento. En esta forma discursiva se encuentran los
profesores que, mientras dan clase transmiten a sus alumnos nuevos
conocimientos, al igual que estos lo transmitirán a alguien más.
Bateson menciona que la persuasión es un rasgo esencial en
la comunicación humana y que se diferencia de la comunicación animal.
La argumentación
se da a un público de manera natural, las oraciones que dan son probables,
aunque las conclusiones podrán ser siempre discutibles. Mientras que la
demostración tiene valor por sí mismas, son más formales y su conclusión puede
ser tan falsa como verdadera.
Para que un texto tenga la cualidad de argumentativo se
hace uso de una tesis y antítesis que sostienen la confrontación y la participación
de ambas partes.
Se debe de partir de una premisa principal para defender un
enunciado y así obtener una conclusión.
Se pueden obtener premisas a partir de un orden regresivo,
que son muy comúnmente usados en los periódicos, donde se da una conclusión y
de allí se comienzan a dar las razones por las cuales aconteció tal acto o
noticia.
La contra-argumentación contradice cada argumento o dar un
argumento que la otra parte no ha dado.
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